Cuando hablamos de emprender o intraemprender dentro de nuestra propia organización, sabemos que como empresa nos enfrentamos a desafíos y obstáculos a la hora de liderar el cambio y la innovación.
Es una realidad y una constante que lo que antes parecía estable se ha vuelto cada vez más frágil en términos de gestión. Y aunque a día de hoy disponemos de más datos e información que nunca, nuestro día a día se basa en operar dentro de un entorno VUCA.
El término VUCA (Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity, en inglés) es un acrónimo que se utiliza para describir o reflejar la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad de condiciones y situaciones. Se originó en el ámbito militar durante la Guerra Fría, pero en la actualidad se utiliza en los negocios, la política y otros campos para describir entornos que son cambiantes, impredecibles y difíciles de entender.
En BIPLAZA oímos hablar por primera vez de los entornos VUCA de la mano de Beatriz Navarro, en esa época directora de Marketing de Fnac, cuando participó en la 4ª Edición de Géiser-Foro de Innovación y Empresa Responsable; encuentro que promovemos anualmente en Tenerife y gracias al cual, a lo largo de los años, hemos aprendido junto a las VOCES que nos impulsan a integrar el conocimiento transformador que comparten los profesionales que nos acompañan y puedes descubrir aquí.
Para navegar en el entorno VUCA que caracteriza nuestro presente, marcado por cambios constantes, incertidumbre y complejidad, es necesario profundizar en sus cuatro características:
- Volatilidad. Se refiere a la rapidez, la magnitud y la frecuencia con que se producen los cambios. En un entorno volátil, las cosas son modificadas constantemente y es difícil predecir lo que sucederá en el futuro.
- Incertidumbre. La falta de conocimiento o información sobre lo que está sucediendo o lo que sucederá en el futuro nos sitúa en un entorno incierto donde es difícil tomar decisiones.
- Complejidad. Frente a la gran cantidad de factores interconectados que influyen en una situación, en un entorno complejo es difícil entender cómo funcionan las cosas y cómo afectarán nuestras acciones a los resultados.
- Ambigüedad. La falta de claridad o significado de una situación hace difícil interpretar la información y tomar decisiones.
Es una realidad que, para aquellas personas que buscan liderar el cambio y la innovación en sus organizaciones, VUCA se ha convertido en la norma.
Y en un entorno donde casi todos los días nace una nueva startup, aparecen nuevos retos en scaleups, surgen nuevas investigaciones, se logran nuevos avances tecnológicos y se desarrollan nuevas tendencias de clientes,… el reto está en seguir el ritmo del cambio cuando se está al frente de una organización y se quiere aportar innovación a la empresa.
El entorno VUCA puede ser un desafío para las personas y las organizaciones, pero la buena noticia es que también puede presentar oportunidades.
Las empresas que pueden adaptarse y prosperar en un entorno VUCA son aquellas que son flexibles, ágiles y capaces de tomar decisiones con información incompleta.
Si hablamos sobre startups, ellas están perfectamente posicionadas para lidiar con la volatilidad, con la velocidad y con la incertidumbre: para ellas se trata de crecer, y crecer rápido, disminuyendo continuamente la incertidumbre y pivotando hasta que se haya encontrado una propuesta de valor con un producto que encaje en el mercado.
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Pero, una vez que una organización tiene éxito y crece, se establece una dinámica diferente: en una organización madura se trata de gestionar la complejidad y reducir la ambigüedad. El ritmo de cambio se ralentiza. La organización se hace más grande y tiene más componentes, partes interesadas, dependencias y posibles puntos de error. Los riesgos son mayores, por lo que se hace especial hincapié en reducir la ambigüedad mediante políticas, procedimientos y métricas.
Entonces, ¿cómo liderar para el éxito en tiempos de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad?
Como organización lidiamos con la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad. Para liderar el cambio y la innovación se necesitan pilares básicos para abordar estas dinámicas.
Volatilidad – Todo se mueve con rapidez.
Las cosas que nos rodean están cambiando más rápido que nunca. Al mismo tiempo que se ha desencadenado una evolución exponencial de la tecnología, también ha incrementado una dependencia limitante que degrada el medio ambiente y limita la conciencia.
La cantidad de conocimiento humano se duplica cada pocos meses. Es por ello que, especialmente en tiempos como estos, necesitamos orientarnos en algo que es fundamental, algo que existe más allá del tiempo. Necesitamos definir un Propósito.
- El propósito nos sirve de raíz. Es algo que nos comprometemos a explorar de formas siempre nuevas, sea cual sea el aspecto de nuestro entorno.
- El propósito es intemporal y por eso resiste la prueba del tiempo, nos da una dirección aunque todo esté cambiando.
- El propósito permite a todos los miembros de la organización tomar decisiones.
- Es breve y claro.
- El propósito crea urgencia y esta es necesaria para actuar con rapidez en tiempos de cambios.
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En las organizaciones que carecen de propósito, la atención se desplaza del compromiso con los productos y servicios de calidad a la cuenta de resultados; del enfoque en el crecimiento sostenible a largo plazo a los resultados financieros a corto plazo.
Sin propósito, como líderes, podemos ir a la deriva de una cosa brillante a otra y perder el valor y la pasión que nos ayudan a actuar fuera de la zona de confort, tan necesario para perseverar frente a la volatilidad.
¿Y quién no necesita un ancla en un mundo de incertidumbre?
Incertidumbre – ¿Sabes realmente cómo será el futuro?
Con el aumento de las tendencias y la diversificación de los puntos de origen del cambio que nos viene de multitud de flancos, se ha añadido más incertidumbre a prácticamente todos los sectores y mercados. Ahora no sólo las cosas cambian con rapidez, sino que cada vez es más difícil anticiparse a ellas.
Aunque el propósito nos da una base, también necesitamos construir un contenedor en el que nos sintamos seguros.
Este contenedor se crea a través de la Visión.
Queremos oír hablar de un posible futuro positivo. Queremos saber lo que podría ser. Pero como líder, tu trabajo es inspirar visión y crear una versión de ti mismo y los territorios hacia dónde podrías llevar a toda tu organización. Al vivir y hacer cumplir constantemente la visión, se crea un contenedor de seguridad para las personas que forman parte del equipo, y eso genera movimiento e inspira a crear e innovar.
La mejor forma de expresar y transmitir la visión es a través de relatos integradores y del impulso de la cultura en tu organización.
De lo que se trata es de conseguir inspirar y difundir narrativas que dejan espacio suficiente para que las personas se encuentren a sí mismas y puedan identificarse con su papel dentro de la empresa.
Y al compartir tus narrativas de un modo que inspire confianza, tu visión se convierte en la seguridad dentro de la cual tus empleados pueden moverse y hacer frente a la incertidumbre a la que se enfrentan en su vida diaria.
Así, junto con tu equipo, consigues crear una visión para tu futuro cliente, lo que a su vez te permitirá generar confianza en tu organización desde el exterior.
Complejidad – ¿Dónde está el verdadero origen del cambio?
Como decíamos, el cambio puede venir de cualquier parte y esto introduce un nuevo orden de complejidad. Ahora que podemos ver claramente la interrelación de todas las cosas, desde nuestra cadena de suministro, hasta nuestro propósito, cultura interna y marca, todo se ve más afectado por todo lo demás.
Por eso, tener una estrategia sencilla nos ayuda a gestionar la complejidad.
Hay muchas iniciativas dentro de una organización y todas ellas deben estar diseñadas para avanzar hacia la visión del negocio y cumplir el propósito.
Dentro de tu planificación cada acción supone actividades diferentes, posiblemente demasiado complejas para tener total control sobre ellas. Por ello las personas de tu organización, los equipos, deben poder guiarse por los límites claros que marca una buena estrategia. Así podrán velar por los objetivos y si una iniciativa de intraemprendimiento no encaja en el contexto de la estrategia, probablemente podrá ser descartada de una manera más rápida al no estar apoyando la visión o propósito del negocio.
Ambigüedad – ¿Cómo sabemos si estamos teniendo éxito?
A la hora de liderar el cambio y la innovación en un mundo en el que todo se mueve a un ritmo más rápido que nunca, cada acción se vuelve más incierta y compleja. Entonces, ¿cómo sabemos que vamos por buen camino?
Si la única variable de tu ecuación es el valor económico, tomarás decisiones que no serán beneficiosas para otras partes interesadas, el medio ambiente e incluso tu propia organización. Herramientas como la triple cuenta de resultados, que mide el éxito empresarial según un balance económico, social y ambiental, están empezando a abordar esta cuestión.
Es por ello que para medir la alineación estratégica se necesitan nuevos tipos de indicadores de progreso.
Los objetivos son éxito o fracaso.Los indicadores de progreso nos dan la seguridad de que avanzamos hacia nuestra visión y ejecutamos nuestro propósito, nuestro legado intemporal.
Aunque los KPI tradicionales miden un aspecto del éxito, el de los beneficios financieros, se trata de una visión limitada del mundo que queremos crear.
Para liderar el cambio y la innovación dentro de nuestra empresa deberíamos determinar indicadores adicionales de éxito que nos ayuden a resolver la ambigüedad y que nos proporcionen la retroalimentación que necesitamos con el objetivo de tener más confianza en nuestras acciones.
Indicadores adicionales de éxito para resolver la ambigüedad.
Para determinar indicadores adicionales de éxito que te ayuden a resolver la ambigüedad y te brinden la retroalimentación que necesitas, es importante considerar algunos aspectos clave:
- Especificidad. Los indicadores deben ser específicos y medibles. Deben definir claramente lo que se quiere lograr y cómo se medirá el progreso. Por ejemplo, en lugar de objetivos vagos como «mejorar la satisfacción del cliente», define indicadores como «aumentar la calificación promedio de las encuestas de satisfacción del cliente en un 10% en el próximo trimestre».
- Relevancia. Los indicadores deben ser relevantes para el objetivo general y estar alineados con las estrategias y acciones que se están tomando para alcanzarlo. Asegúrate de que los indicadores seleccionados realmente reflejen el progreso que estás haciendo hacia la resolución de la ambigüedad.
- Factibilidad. Los indicadores deben ser factibles de recopilar y analizar. Considera los recursos y el tiempo disponibles para el seguimiento y la medición. Si los indicadores son demasiado complejos o costosos de medir, no serán útiles a largo plazo.
- Oportunidad. Los indicadores deben ser oportunos y proporcionar información en tiempo real o lo suficientemente frecuente para permitir ajustes y correcciones de rumbo. Si los indicadores solo se miden anualmente, es posible que no recibas la retroalimentación que necesitas para tomar decisiones oportunas en un entorno VUCA.
- Diversidad. Considera utilizar una variedad de indicadores para obtener una imagen completa del progreso. Esto puede incluir indicadores cuantitativos (como métricas de rendimiento o encuestas de satisfacción) e indicadores cualitativos (como comentarios de clientes o entrevistas con empleados).
Algunos ejemplos de indicadores de éxito para resolver la ambigüedad:
- Reducción del número de malentendidos o errores. Si la ambigüedad está generando problemas de comunicación o errores en el trabajo, puedes medir la cantidad de estos incidentes a lo largo del tiempo.
- Aumento de la claridad en la toma de decisiones. Otra posibilidad es medir el tiempo que se tarda en tomar decisiones, la confianza en las decisiones tomadas y la satisfacción con los resultados de esas decisiones.
- Mejora en la colaboración y el trabajo en equipo. La frecuencia y la efectividad de la comunicación entre equipos, la resolución conjunta de problemas y la satisfacción general con el trabajo en equipo también es cuantificable y un buen BAREMO indicador de cómo va el progreso.
- Mayor capacidad para adaptarse a los cambios. Puedes medir la rapidez con la que se identifican y se adaptan a los cambios en el entorno, la efectividad de las respuestas a los cambios y la satisfacción con la capacidad de adaptación de tu organización.
- Incremento de la innovación. Puedes medir también el número de nuevas ideas generadas, la tasa de implementación de nuevas ideas y el impacto de las nuevas ideas en el negocio.
Los indicadores adicionales de éxito deben adaptarse a tu contexto específico y a los objetivos que estás tratando de alcanzar. Tómate el tiempo para definir cuidadosamente los indicadores que te brindarán la información que necesitas para tomar decisiones informadas y resolver la ambigüedad de manera efectiva.
Y aunque las cosas son volátiles, inciertas, complejas y ambiguas, nuestro objetivo es ayudarte a gestionar y dirigir en la incertidumbre, ofreciéndote una base operativa para liderar el cambio y la innovación.
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