A menudo ocurre que nos encontramos con nuevos conceptos, como el Design Thinking, que nos suenan y nos resultan conocidos, pero que realmente nunca nos hemos parado a indagar más a fondo y plantearnos si pueden resultar interesantes para nuestra empresa.
El miedo al cambio y a todo lo que suponga romper con nuestros procesos tradicionales es, muchas veces, un freno. La creatividad y las nuevas formas de dar respuesta a los problemas del día a día son un motor que puede llevarte por nuevos caminos que nunca antes te habías planteado. ¿Está tu empresa preparada para hacerlo diferente y mejor?
Pensar “out of the box” y permitirte innovar…Esa es la clave. Por ello hoy nos centramos en el Design Thinking. Nuestro objetivo es acercarte este concepto para que pueda convertirse en una herramienta de gestión útil.
Pero, comencemos desde el principio.
¿Qué es el Design Thinking?
El Design Thinking es una herramienta de gran utilidad enfocada a fomentar la innovación en las organizaciones de una forma eficaz y exitosa bajo un enfoque que se sirve de la sensibilidad del diseñador y su método de resolución de problemas.
El Design Thinking comienza con las habilidades que los diseñadores han aprendido durante muchas décadas en su búsqueda por satisfacer las necesidades humanas con los recursos técnicos disponibles dentro de las limitaciones prácticas de los negocios. Al integrar lo que es deseable desde el punto de vista humano, con lo que es tecnológicamente factible y económicamente viable, los diseñadores han podido crear los productos que disfrutamos hoy. El Design Thinking da el siguiente paso, que consiste en poner estas herramientas en manos de personas que tal vez nunca se hayan considerado a sí mismas como diseñadores y aplicarlas a una gama mucho mayor de problemas”.
Tim Brown, Change by Design
Design Thinking, como vemos, es esencialmente un enfoque de resolución de problemas que implica evaluar aspectos conocidos e identificar sus factores más ambiguos o periféricos. El Design Thinking, básicamente puede definirse como un método para desarrollar nuevas formas de pensar con el objetivo de mejorar productos y servicio mediante el análisis de cómo los usuarios interactúan con ellos y la investigación de las condiciones en las que operan.
Las claves del Design Thinking
El Design Thinking nos ofrece un medio para profundizar y descubrir métodos de mejora
Normalmente hay ciertos parámetros que rigen la forma de pensar del Design Thinking:
- Proyección | Cuando se trata de ideas, hay que intentar poner el foco en el futuro e innovar.
- Inspiración | hay que estar abiertos a la creatividad y a los inputs que eventualmente se activan a medida que se trabajan los posibles caminos o vías de resolución.
- Incertidumbre | No se puede saber todo. Es importante entender que incluso el proceso de pensamiento fluye y fluctúa.
- Practicidad | Hazlo… aprenderás solo ejecutando y llevando a cabo las ideas con aplicaciones prácticas que nos puedan ayudar a testar cómo funcionan.
- Impacto visual | Las ayudas visuales son una gran fuente para comunicar la información. Dan una definición clara de sus ideas y establecen una gran conexión con los usuarios.
Recuerda que está bien fallar. Llegará un momento en que las pruebas te lleven a un punto de no retorno. Es momento de pivotar y supone una parte importante dentro del proceso. Mejor que ocurra cuanto antes, ya que así ahorrarás tiempo y costes en tus presupuestos.
Fases del Design Thinking
Hay diferencias sustanciales entre el proceso de innovación habitual que consta de 4 etapas: idear, definir, diseñar y desarrollar, del proceso de Design Thinking, que se compone de 5 etapas: empatía, definición, idea, prototipo y prueba. No se trata de pasos, ya que el proceso no es estricto con el orden que se debe seguir. Se trata de un proceso dinámico donde tenemos la libertad de gestionar las etapas de manera que cumplan con nuestro flujo de trabajo.
EMPATÍA | La empatía es fundamental para el proceso. Resalta la importancia de escuchar los requisitos y deseos de nuestros clientes en relación con el problema particular.
DEFINICIÓN | Basándonos en todos los conocimientos recogidos, comenzamos a sintetizar y definir un problema.
IDEA | Una vez que el problema o la oportunidad están claramente enmarcados, podemos buscar métodos para manejarlos a través de tantas ideas como sea posible. Para finalizar esta etapa, se seleccionan las mejores ideas y se descarta el resto.
El Design Thinking alienta un enfoque de equipo y promueve conjuntos multidisciplinares que brindan perspectivas variadas. Esto produce mejores resultados
PROTOTIPO | El prototipado trae las soluciones. En esta fase intervienen diferentes métodos como bocetos, prototipos rápidos y muchos otros. El objetivo siempre es el mismo: crear borradores de soluciones para decidir si estos resultan beneficiosos para el problema. Al analizar su contexto, un prototipo puede transformarse posteriormente en un producto beta o en un producto viable mínimo (MVP).
PRUEBA |Lo siguiente es probar nuestro prototipo con los clientes para monitorizar la respuesta y considerar si la solución es la correcta o no.
¿A quién beneficia el Design Thinking?
En cierta manera, el Design Thinking hace brillar las mejores prácticas del desarrollo ágil, el desarrollo interactivo, la experiencia del usuario, la creatividad, la creación de prototipos y las pruebas. Desarrollando un marco para tratar los problemas y estimular la innovación.
El impulso del Design Thinking lo ha transformado en una metodología de tendencia, que está ayudando a las empresas a generar las ideas y soluciones que necesitan para evolucionar y crecer.
Desde grandes a pequeñas empresas, su aplicación llega al mundo de los negocios, la tecnología, la educación y otros muchos sectores que de una forma u otra buscan la innovación. Incluso se ha fomentado el uso del pensamiento de diseño en oficinas y equipos de trabajo, como forma de lograr ideas y proyectos más innovadores y creativos.